Un Asunto de Muerte y Vida

Bienvenidos a otra excursión por el limite del espacio – tu espacio y el mío. Es correcto; vamos a dejar ahora “La Zona de Comodidad.” Así que abróchese el cinturón de seguridad y manténgase firme. En realidad, el paseo no será de temer, porque El Hombre estará con nosotros hasta el final. Mi zona de comodidad es toda actitud mental o emotiva diferente de por dónde mi Señor Jesús me esté llamando para que lo acompañe. Generalmente resulta ser, de mi parte, una simple falta de confianza en él.

En este mes, durante el cual este año celebramos la resurrección de Jesucristo, consideraremos las diferencias exageradas entre la vida y la muerte. En este sentido, una de mis metas es estar cada día más agradecido, e incluso, cada momento que tengo por vivir. Sin duda, Dios y Su Hijo han hecho posible para mí vivir cada día espiritualmente, mentalmente, emocionalmente y físicamente a toda capacidad. Pero, por supuesto, la decisión es mía sea que lo haga o no. El Señor, realmente, tiene un currículo personal para mí, pero yo estoy en el deber de hacer mi parte con el propósito de avanzar en sus pasos y llegar a ser más como él.

Recientemente estaba hablando por teléfono con mi hija de 29 años Cristina, quien es mi “segundo tema favorito” (Mi cuarto tema favorito es la comida, el tercero es el básquetbol y el primero es Jesús). Como pueden saber, Cristina vive en Chicago y trabaja con cierta cantidad de delincuentes juveniles  persistentes, y con gente joven “en riesgo,” conocidos en algunas partes del país como los “camorreros” Ella está involucrada en la educación experimental mediante la terapia salvaje, y me estaba entreteniendo con anécdotas sobre el fin de semana de esquí a campo traviesa y de alpinismo con ocho adolescentes, un grupo relativamente inofensivo pero muy deprimido.

Fueron a la Península superior de Michigan y treparon los despeñaderos cubiertos de hielo cerca del Lago. Fue una decisión de Cristina y un consejero masculino de subir y fijar el ancla en la cima para que las cuerdas pudieran ser sujetadas y amarrar a los escaladores. Después de decirme sobre cuán cuidadosamente, ella y su compañero consejero tuvieron que ser al borde de los despeñaderos, ella dijo algo que era muy profundo, en el contexto de su reciente estrés sobre su búsqueda de un lugar diferente para trabajar: “Sabes, papá, me di cuenta que cuando estoy trepando de cara al despeñadero de hielo, no estoy pensando en quién reaccionará a mi currículo. Eso realmente me hizo apreciar el beneficio de cualquier actividad con propósito.”

Su última frase resonó en mi corazón, y mi mente inmediatamente fue hacia la palabra bíblica Griega haplotes, que aparece aproximadamente ocho veces y, a veces, se traduce “claridad.” Significa básicamente “unidad de mente y propósito.” Usted podría querer averiguarlo, y, luego, también mirar lo que pudiera considerarse su palabra equivalente, merimnao, que significa “Estar lleno de ansiedad que divide y distrae la mente.” La declaración de Cristina me recordó que poniendo todo lo que tengo en hacer algo (que no sea impío) me ayudará a edificar el hábito de enfoque intenso de modo semejante en las cosas más importantes en mi vida. ¿Cuáles podrían ser estas cosas? Las relaciones, primero con Dios y el Señor, y, luego, con las personas en mi mundo.

No dudo que usted haya escuchado decir que una buena forma de vivir es que cualquier cosa que usted haga es como si fuera la última vez que lo haría. Teniendo en cuenta cuán preciosa y frágil es realmente la vida, estoy de acuerdo, aunque no puedo decir que ésa es siempre mi actitud. Colosenses 3:23 y 24 (RV60) lo dice de esta manera: “Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís.” Suena como parecido a:

1 Corintios 15:58
“…manténganse firmes e inconmovibles, progresando siempre en la obra del Señor, conscientes de que su trabajo en el Señor no es en vano.”

Poner todo lo que tenemos en  lo que hacemos como cristianos no será en vano porque eso es exactamente lo que hizo nuestro Modelo a Imitar. Día tras día Jesús se dio él mismo completamente, incluso hasta abdicar a su posesión más preciosa, su vida. ¿Y qué hizo Dios entonces? Le mantuvo Su promesa a Su Hijo y levantó su cuerpo sin vida, maltratado, mutilado,  a una nueva vida, la misma vida eterna que usted y yo tenemos garantizada de recibir cuando el Señor aparezca.

En 1967, al principio de mi vida como Cristiano comprometido, estaba en el Ejército, y fui asignado en el Fuerte Bragg, Carolina del Norte, donde conocí a algunos santos dinámicos quienes tuvieron bastante influencia en mí. Uno de ellos fue un estimado hombre llamado Tommy Tyson, con el que de allí en adelante perdí contacto hasta sólo el año pasado, cuando mi padre me mandó una copia de su boletín informativo del ministerio Nueva Vida, el tema de la Pascua. Después de leerlo, lo llamé para decirle cuánto lo disfruté, y tuvimos un gran encuentro. Lo que Tommy escribió es tan estupendo que quiero citarlo más bien exhaustivamente, y luego ofrecerles un comentario sobre ello.

Con excepción de la Navidad, el mundo y la iglesia rinden más atención a la Pascua que a cualquier otro tiempo en el calendario de la Iglesia. ¿De qué trata todo esto? El evangelio de la resurrección no dice que la primavera ha llegado, las flores están floreciendo y los conejos están saltando. Alguien que permita que la búsqueda del huevo de Pascua sea la principal expresión de este aspecto del Evangelio no lo ha entendido.

La Pascua NO es un recordatorio enfático de que el hombre tiene un alma que nunca puede morir. El evangelio de la Resurrección es algo más que una nueva declaración del concepto filosófico de la inmortalidad. Por consiguiente, plantear la Pascua como la base del alma del hombre que se libra de la casa- prisión de barro, revolotea sobre las alas de la fe (al igual que una mariposa escapa de su capullo) no tiene más que alabarla desde un punto de vista del Evangelio como lo hacen conejos saltando.

¿Qué ocurrió en el mundo en la Pascua? Antes que nada, la Pascua declara la clara derrota de la muerte. Este Evangelio dice que el hombre, Jesucristo de Nazaret, fue llevado por las crueles manos del hombre y le fue dada la muerte de un criminal. El realmente murió; sufrió la agonía de ello. El no ofreció ningún cuadro hermoso concerniente a la muerte.

La experiencia de Pascua declara la realidad de la muerte. Oscar Cullmann, el teólogo Alemán, en su libro titulado, La Inmortalidad del Alma (La Resurrección de los Muertos), muestra un contraste provechoso entre la muerte de Sócrates y la muerte de Jesús. Al igual que Jesús, Sócrates fue rechazado por sus hermanos porque hizo demasiadas preguntas. Al igual que Jesús, fue sentenciado a morir por sus hermanos. Sócrates decidió morir bebiendo veneno. Justo antes de su muerte, llamó a sus discípulos y les dio un discurso hermoso sobre la realidad de la vida, y los convenció, desde un punto de vista filosófico, de que la muerte no era verdadera. Luego de su discurso, Sócrates bebió la cicuta y entró en un sueño hermoso, dejando a sus discípulos con una paz que resultó de la garantía de que su profesor no estaba muerto.

Por otro lado, Jesús llegó a su hora de condenación y seleccionó a tres de sus discípulos para que fueran con él a una experiencia de oración. No hay  palabras de estímulo; no hay ningún intento de evitar el asunto. Sólo les pide que se mantengan despiertos con él por una hora. Llegando a su hora de muerte, vemos y escuchamos al Príncipe de la Vida agonizando en oración.

En este cuadro contrastado, Cullmann plantea estas preguntas: “¿Sócrates tiene un mejor entendimiento de la vida que Jesús?  Y ¿Es esa la razón por su serenidad, y la razón por la agonía de Jesús?” No, Cullmann contesta su propia pregunta. La agonía de Jesús no es porque el tenia un concepto de la vida más inadecuado que Sócrates. Su agonía es porque él tenía un concepto más realista de la muerte que Sócrates. El Nuevo Testamento no presenta a la muerte como un ángel rubio. No es Dios dando paso para que el hombre haga una transición de este mundo a otro. El Nuevo Testamento no presenta a la muerte como un nuevo nacimiento. La muerte es un enemigo. Alguien que trata de eludir la realidad de la muerte y sus consecuencias trágicas está dejando de considerar seriamente el significado de la Pascua… La Pascua no es la historia de un espíritu escapando entre las grietas. Ésta es la historia de la resurrección integra de un hombre integro.

Y Yo digo, “¡Amén!” Recuerde que la antropología de la Escritura, es decir, cómo la Biblia define  “hombre”, se da básicamente en Génesis 2:7 “Y Dios el SEÑOR formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y el hombre se convirtió en un ser viviente.” A pesar de que la mayoría de los Cristianos le ha sido enseñada la fábula griega de un “alma inmortal”, la Palabra de Dios dice claramente que un ser humano es una unidad totalmente integrada – un cuerpo animado por una fuerza vital invisible. La Escritura no dice que el hombre tiene un alma, dice que el hombre que está respirando es un alma, un alma viviente. Aquel de quien la invisible, y la fuerza de vida que anima ha muerto se llama un alma muerta. Un ser humano Cristiano también tiene “El don del espíritu santo,” la naturaleza divina de su Padre Celestial y el Señor Jesús, lo cual, por supuesto, no es una parte consciente de él que vive independiente de su cuerpo. No, vida es vida y muerte es muerte. Como ustedes saben, absolutamente.

Pienso que una de las declaraciones más significativas de Tommy es que la experiencia de la Pascua declara la verdad de la muerte. Piense en ello. Si no llegamos a poseer la increíblemente realidad dantesca de la muerte, el fin de la vida, no podemos apreciar realmente la realidad gloriosa de la resurrección. Esto es exactamente  por lo qué Pablo preguntó a los Cristianos Griegos en Corintio, “¿Cómo dicen algunos de ustedes que no hay resurrección?” Aunque era una pregunta retórica, uno de ellos podía haber respondido así: “Porque soy  Griego, Pablo, y he sido enseñado que el verdadero yo es un alma inmortal que está actualmente atrapada en esta prisión carnal. Un día, en el momento feliz de mi muerte, ¡podré decir, “voy a ir a Disney World!” Por esa razón es qué la idea de una “representación de la prisión” y el re-confinamiento (limbo) de mi alma es estúpida.”

Si no hay tal cosa como la muerte real, el fin absoluto de la vida, entonces, todo lo que Jesucristo experimentó  en su sufrimiento y horrible muerte no fue realmente tan significativo, y mucho menos monumental. La verdad es que hay muerte después de la vida (¿ha leído nuestro libro? ¿Recién?) para todos aquellos que no vivan hasta la Aparición de Cristo, y que si Jesús no estuvo en realidad muerto y, luego, levantado a nueva vida, todos los que han muerto estarán, para siempre fuera de  existencia. Esto hace de la resurrección de Jesucristo el “punto crucial” (literalmente y figuradamente) de la historia humana.

“Pero”, algunos Cristianos mal informados dirán, “La Biblia dice que tengo “vida eterna,” como en Romanos 6:23, y eso quiere decir que realmente no muero. Sólo mi cuerpo se muere.” A decir verdad, la Palabra de Dios no dice que un cristiano tiene vida “eterna”. Las versiones modernas pueden decir eso, pero en cada uno de sus 71 usos del Nuevo Testamento mal traducen como “eterna” o “perpetua”, la palabra Griega aionios lo cual en realidad significa “En o de la era.” Romanos 6:23 debe leerse: “La paga del pecado es la muerte [el final de la vida – para siempre], pero la dadiva de Dios es “vida-era” [o, más legiblemente, “vida en la era;” obviamente, la era venidera] en Cristo Jesús.

Así que, ¿qué tenemos ahora cada uno de nosotros los cristianos humanos por medio del don de espíritu santo? Tenemos el arrabon, lo cual significa el depósito, el pago por adelantado, la señal, el empeño o la garantía según sus únicos usos en 2 Corintios 1:22; 5:5 y Efesios 1:14. El espíritu de Dios dentro de cada uno de nosotros es nuestra prueba indubitable de que tendremos nuestro nombre en un aparcamiento en el Paraíso, y que hoy día, nosotros podemos realmente pensar, hablar y actuar como Jesús lo hizo. “¿Qué hizo Jesús?” Tal vez eso es lo que el brazalete debe decir.

La Buena Nueva de la Palabra de Dios es que un alma humana (es decir, un ser humano) ha conquistado la muerte, y en consecuencia, abrió una senda hacia la gloria a tal grado que cualquier otro ser humano que así lo desee, pueda seguirlo, y eventualmente, terminar donde él está. Juan 3:16, no dice que “porque tanto amo Dios al mundo que le puso un pañal.” No, dice que Dios tanto amó a la humanidad, que dio a Su Hijo unigénito. ¿Es usted padre? ¿Cómo usted se siente cuando su hijo se lastima? ¿Usted lo odia, no, verdad? Si fuera posible, usted cambiaría lugares con él y sufriría el dolor usted mismo, ¿correcto? Y usted es amoroso solamente por momentos. Dios ES amor. ¿Cuán de mala manera usted piensa que Le dolió mirar lo qué le aconteció a Su Hijo desde el Lunes por la noche hasta las 3 p.m. del Miércoles? Dios conoce el dolor, al igual que Su Hijo. Cuando sufrimos, ellos son “tocados con los sentimientos de nuestros padecimientos,” ellos sufren con nosotros y ellos están allí para consolarnos y fortalecernos.

Confío en que su meta sea la misma que la mía: estar por ahí hasta la Aparición de Jesucristo y despegar vivo desde la tierra para encontrarlo en el aire durante el tiempo suspendido en el aire más largo del mundo y la más grande vuelta en U. Nunca diga “Cuando yo muera…” No, esto es si…” Y eso es un verdadero “si.” No veo una garantía absoluta de que viviré un día más, y con todo, espero completamente proseguir por mucho tiempo. No obstante, yo realmente debo vivir todos los días como si fuera el último. ¿Cómo viviría usted si hoy recibiera un aviso cierto de que el Señor vendrá esta noche? ¿Usted sudaría por las pequeñeces?”¿Usted hablaría la verdad en amor? ¿Usted se doblegaría si sus vecinos se ríen de usted? ¿Los asuntos espirituales en su vida serían una prioridad? Pienso que usted “Correría a toda velocidad  la cinta”, dando todo lo que tiene “Por su salvación.” Así que ¿cómo sabes que él no viene esta noche?

En un modo de considerarlo, cada momento de nuestras vidas es un asunto de vida y muerte. Bien, no es eso lo que dice Romanos 8:6: “La mentalidad pecaminosa es muerte, mientras que la mentalidad que proviene del Espíritu es vida y paz.” Pensamiento por pensamiento, es la calidad de nuestras vidas la que está en juego entre la vida y la muerte. Diariamente, la decisión entre la vida y la muerte está puesta delante de nosotros continuamente. “¡Por lo tanto, escoja la vida!” Ponga todo su corazón en todo lo que haga, especialmente en esas cosas que pertenecen a las relaciones con las personas, Cristianos y no Cristianos -. Extienda la mano. No se contenga. Dele. Arriésguese a obedecer al Señor Jesús. Él no lo abandonará. Habitúese a dejar “La Zona de Comodidad” y entre en la “Zona de Crecimiento.” Yo haré lo mismo, y te veré “en el límite.”

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